La Isla de Taboga, a solo 30 minutos de la ciudad en Ferry, te ofrece precisamente eso, todo un día de relajamiento y descanso. Todo comienza desde el momento en que te embarcas. Pasas entre las boyas que marcan el canalón por donde deben pasar los barcos que transitan el Canal de Panamá. Gaviotas y otras aves marinas, así como delfines los siguen en su camino de ida y de vuelta de la isla. Al llegar a la isla, puedes escoger entre dirigirte a la playa directamente y acostarte en una silla bajo la sombra de un paraguas o nadar en el mar. O puedes decidir caminar por sus estrechas calles y visitar su iglesia San Pedro Apóstol de Taboga, la más antigua de una isla en el Pacífico. O caminar sobre la arena de una playa que une Taboga con una pequeña isla cuando la marea baja, pero que la cubre el mar cuando la marea sube. En esta islita quedaba la Pacific Steam Navigation Company, la naviera más grande del mundo. Y todavía puedes ver algo de la estructura del muelle, así como una rueda que impulsaba los barcos de vapor y un gran ancla.
